Culpar a los Demas....



“YO NO SOY CULPABLE… LOS CULPABLES SON USTEDES” (Mateo 27:24 TLA)

Culpar a otros. Parte 1


Cada vez más somos una cultura que no asume responsabilidades; nuestras desgracias son siempre culpa de alguien. ‘Soy así por culpa de ellos; ellos me hicieron así’. Pero en realidad nosotros no inventamos este juego, sino que se remonta al Huerto del Edén, cuando Adán le dijo a Dios: “La mujer que me diste… me dio del árbol, y yo comí” (Génesis 3:12) Así pues, ¡es parte de nuestro ADN! Afirmamos que nuestra ruptura matrimonial fue culpa del cónyuge; bebemos demasiado porque alguien nos incita; no estamos sanos por culpa de la industria de la comida rápida, entonces ¡demandémosla! Evadir la responsabilidad tal vez podrá aliviar la culpa momentáneamente, pero se convierte en un juego peligroso en el que nadie gana.

 Al sentenciar Jesús a muerte, Pilato dijo: “…Inocente soy yo de la sangre de este justo. Allá vosotros” (Mateo 27:24). Pensó que echándoles encima la responsabilidad a los judíos, evitaría incomodar a su esposa o a sus detractores y sería considerado inocente. ¡Sin embargo él era el máximo responsable!

Tienes que saber que eres responsable ante Dios de tus decisiones y de tus actos:“Él juzgará a cada uno según lo que haya hecho” (Romanos 2:6 NTV). Si tomas decisiones equivocadas o actúas de manera incorrecta, Él te considerará culpable. Escribe Pablo: “No os engañéis: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra” (Gálatas 6:7 CST). Si otros son culpables de haberte ofendido, eso será lo que recojan. Pero tu cosecha depende de tu actitud y de tus actos. Para aliviar tu sentimiento de culpabilidad, tu desánimo y tu tensión no hay nada mejor que aceptar tu parte de responsabilidad delante de Dios.

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